Fuente: La Nueva España

Pravia, Ignacio PULIDO

«La honradez está por encima de la riqueza». María del Carmen Baldajos Pidal, galardonada con el premio a la mujer emprendedora de Pravia, está más que segura de esta aseveración. El distintivo otorgado hace apenas unos días por el Consistorio praviano es el broche a toda una vida dedicada en exclusiva al trabajo y a la familia. A sus 73 años de edad, María del Carmen aún conserva gran parte de la vitalidad de aquella joven que siguió los pasos de su padre, Ernesto Baldajos, al frente de una empresa de venta y reparación de neumáticos.

Con 16 años comenzó a trabajar en la oficina de la empresa que su progenitor poseía desde 1952, en la avenida de la ría de Avilés. Por aquel entonces, la presencia de una mujer en el sector automovilístico era cuando menos poco habitual, pero a Carmen nunca se le cayeron los anillos. «Nunca tuve problemas en ese aspecto», reconoce.

Tras el fallecimiento de su padre, acaecido hace veinticinco años, ella pasó a estar al frente del negocio familiar, traspasado hace seis años con motivo de su jubilación. Fue entonces cuando su hija, Carmen Rosa Solís, abrió las puertas de una nueva empresa en el polígono de Salcedo, donde actualmente trabajan dos empleados. «Con anterioridad teníamos un taller en la calle Buenavista de Pravia», subraya.

Ser honrada. Esa ha sido la mayor satisfacción profesional para ella. Incluso con tan sólo mencionarlo se emociona. «A veces te paras a pensar dónde han llegado otros con métodos menos honestos. Sin embargo, merece la pena ser honrado, te llena de satisfacción personal», matiza, y añade que por suerte sus clientes han sabido premiar este aspecto otorgándoles su fidelidad.

El negocio ha cambiado. Para bien y para mal. «Cada día es más difícil y más ahora. Si no hay trabajo, los coches no ruedan», enfatiza. En la otra cara de la moneda se encuentran los avances técnicos. «La tecnología ha evolucionado mucho. Sin embargo, cada vez hay menos profesionales», lamenta.

Desde que inició su vida laboral nunca careció de trabajo. Las nuevas generaciones lo tienen más difícil. «No tuve oportunidad de pensar en qué quería ser. A los 20 años me casé y un año después ya tenía una hija», precisa, y añade: «Ahora mi nieto, que ha estudiado Telecomunicaciones, no encuentra empleo». «En las empresas les piden experiencia, pero ¿qué experiencia van a tener los jóvenes si no hay trabajo?», se pregunta.

El premio a la mujer emprendedora ha supuesto una gran satisfacción para la empresaria. «He recibido multitud de llamadas de familiares, amigos e incluso clientes para felicitarme por este premio», afirma la mujer, quien ve en el distintivo un reconocimiento a tantos años de trabajo.

¿Es hora de un descanso? «No, si estoy inactiva me aburro. Siempre tengo que estar haciendo algo. Es la costumbre de tantos años trabajando desde por la mañana hasta la noche», enfatiza. María del Carmen Baldajos apura su tiempo al máximo pero, sin lugar a duda, el próximo día 8 de marzo se tomará un descanso para recoger su merecido premio.