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Muebles que restauran el alma

 Fuente: La Nueva España

Puentevega (Pravia),


Sara ARIAS


«Restauramos muebles porque no podemos restaurar a nuestros maridos», afirma una de las integrantes del grupo de restauración y manualidades del Valle de Arango, en Pravia. Varias carcajadas siguen al comentario. Así llevan desde 2004, sin parar y sin vacaciones, arreglando todo lo que se les pone por delante porque «aquí lo pasamos podre», explica en lenguaje coloquial Rosario Cuervo Corrales.


Tal es la pasión con la que acuden cada miércoles a las escuelas «Alberto Martínez» que «da más pereza marchar que venir», asegura Inés Balsera, mientras deja como una patena un comedor antiguo propiedad de su familia. De hecho, fue a raíz de la rehabilitación de las antiguas escuelas del Valle de Arango, en Puentevega, cuando decidieron juntarse para aprender a restaurar muebles antiguos y realizar manualidades de todo tipo.


Para hacer más eficaz su labor y aprender de la experiencia llamaron a Marie Lise Champagne, una francesa afincada en Villarigón, que, según dicen las alumnas, «es una artista». «Hacemos un poco de todo», detalla Champagne, «tapizamos, pintamos, decoramos... cualquier cosa que se nos ocurra». Por ello, anima a las demás mujeres de la zona a que se unan al grupo; «aquí llegas y te olvidas de todo», comenta. Además de aprender, cada miércoles es como una reunión de amigas, «es un día para pasar un rato agradable y siempre merendamos», detalla Antoñita Rodríguez.


«Es muy relajante, mientras trabajamos hablamos y una cosa es ver el mueble ahora y otra cuando lo terminas, es una satisfacción», declara Rosario Cuervo. Además, en el grupo hay chicas jóvenes de la zona, como Inés Balsera y Ana Pérez, quién destaca que lo más importante es «seguir las instrucciones de la profesora», mientras rellena los agujeros producidos por la polilla en un viejo baúl que encontró en casa. «Después del tratamiento va cambiando», afirma. Balsera va a las clases de restauración porque «me gusta estar aquí; puedes venir por arreglar un mueble pero luego sigues».


Las integrantes del grupo animan al resto de mujeres del Valle de Arango a que se unan a ellas; «sirve para desconectar del trabajo y de las labores de casa», señala Cuervo. Proponen actividades entretenidas en buena compañía y un lugar donde pasarlo bien y olvidarse de problemas que no se pueden restaurar.