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Las vegas ansían su faba
Fuente: La Nueva España
Sara ARIAS Esperando por el último impulso. Así están los productores de fabas de Pravia, mirando al cielo. Las adversas condiciones meteorológicas de la primavera, que trajeron a Asturias intensas lluvias, retrasaron la siembra de la legumbre y, por lo tanto, su cosecha. Hasta mediados de octubre los agricultores no comenzarán a recoger las fabas. La lluvia primaveral, el intenso calor del verano y la inestabilidad meteorológica del último mes traen una cosecha que los productores califican de «regulera».
Pero no todos. Javier Fernández, de Villavaler, asegura que el rendimiento de su plantación es «excelente». Fernández, productor de la zona alta praviana, tiene tres hectáreas plantadas que le generan, de media, ocho toneladas de faba variedad manteca, «la de toda la vida, sin piel y cremosa». Su máxima es la calidad y sus legumbres fueron el ingrediente de la mejor fabada del mundo en 2011, obra del restaurante Casa Chema. Sólo en el mes de agosto pasado, el local vendió 500 kilos de fabas Finca La Casina, la marca registrada de Fernández. Además, exporta las legumbres y se pueden encontrar como suculento plato en varios restaurantes del país y en el mítico mercado madrileño de San Miguel.
«Con trece años le dije a mi padre, que tenía ganado de leche, maíz y fabas, que daban más las fabas solas que todo junto. Y se rió de mí», recuerda. Ahora las fabas son el motor de la economía de la familia. «Podríamos producir mucho más, pero preferimos la selección artesana y la calidad», señala, aunque de 2011 a 2012 ha triplicado la producción y el próximo año ampliará la plantación y generará tres empleos porque «nosotros no podemos hacerlo solos». Fernández se muestra apasionado por lo que hace y cree que el éxito de la buena calidad de sus legumbres se debe a que «todo está hecho con mucho amor».
De la producción de este año resalta su excelente calidad: «Tienen el color perfecto, cuando están con la mancha violeta indica que la faba está sana». Sus plantas están a rebosar de cajinas y por lo menos cada una cuenta con 5 o 6 fabas, todas ya enormes pese a encontrarse aún en verde. A finales de octubre iniciará la recogida que espera sea tan buena como parece: «Cultivar fabas no es como hacer tornillos, unas veces salen de una manera y otras, de otra».
Fernández considera que las condiciones climatológicas de Villavaler sirven para obtener faba extra: «Es un valle alto con un clima excepcional, la tierra es fuerte y aguanta muy bien la humedad, no entra la niebla y eso favorece el desarrollo de la faba». Otra de las técnicas que emplea para proteger la producción es reducir el espacio entre las plantas. «Hemos pasado de un metro cuarenta de separación a uno treinta o uno veinte», asegura.
Con el ojo en el cielo también están los productores de la zona baja. En la vega de Los Cabos, Isabel García teme que esta temporada la faba llegue «más pequeña y con menos fabas por cajina». En su casa, las fabas se plantaron a últimos de junio, por lo que la producción lleva un mes de retraso. Así que García recogió a principios de septiembre «algo de faba para vender en verde» y procedió a sulfatar la plantación para que salga primero. La praviana teme que se merme la producción, lo que se traducirá en un aumento del precio.
En la vega de Corias, María del Carmen Suárez también espera que las fabas den el último estirón: «Tenía que haber llovido algo en septiembre, necesitaba un poco de agua, pero no que empiece ahora a llover y no pare, porque se estropeará todo». Su producción crece en hectárea y media, un resultado de 1.500 kilos de media anual. Lo que temen de verdad es la presencia de los jabalíes que destrozan las vegas porque «van a por el maíz y de paso tumban las fabas, pero no las comen».
A pesar del gusto de los suidos por el maíz, Suárez prefiere seguir plantando las fabas entre los maizales porque «con cuerda también tenemos algo, pero da mucho trabajo y con el maíz sale muy fina también». Además, según manifiesta, las protege del tiempo y las plagas. Para la productora, la calidad de las fabas de la vega es incuestionable: «El ph de la tierra del río Narcea es fundamental y salen las fabas mucho más finas».
De momento, los amantes de la tradicional fabada asturiana deberán esperar hasta mediados o finales de octubre para llevar a la pota la nueva cosecha de la legumbre reina la región.