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La iglesia de Villafría, llena de historia

 Fuente: La Nueva España

Hasta que la talla de Santa María Magdalena no presidió el altar de la iglesia de Villafría (Pravia), a la que da nombre, los rayos no pararon de caer sobre la torre del templo. Mera casualidad o es que "algo pasa", como dice Joaquina Riego, una vecina. Lo cierto es que ninguno de los avatares que ha sufrido la iglesia en sus cien años de historia han podido con ella. Por eso, los vecinos celebrarán el domingo una misa y un pincheo para conmemorar el centenario. Actos en los que participará el obispo auxiliar de Oviedo, Juan Antonio Menéndez.

A principios del siglo XX había una iglesia muy humilde en Villafría. Coincidió en ese tiempo el regreso de muchos vecinos emigrados, que habían hecho fortuna en Cuba, entre los que estaba Don Santos. Fue él quien emprendió la tarea de levantar una nueva iglesia con el apoyo de otros indianos del pueblo. "Yo vi una carta en la que había mandado 10.000 pesetas de aquella, pero mandó mucho más", explica María Clara Fernández.

El templo se erigió bajo las instrucciones de un arquitecto vasco y su impronta se refleja en el interior, con vigas de madera que recuerdan las edificaciones tradicionales vascas. Además, el exterior se internacionaliza. El templo tiene unas líneas arquitectónicas como las de las iglesias nórdicas, explica Fernández. En 1914 culminaron las obras, pero por falta de dinero la torre tuvo que esperar hasta 1917. "Con lo que sobró también se hizo la escuela", detalla Riego.

El interior de la iglesia también tiene sus pequeñas historias. El altar, de estilo neobarroco, llegó desde Valencia a lomos de varios mulos. También las tallas, todas desaparecidas durante la Guerra Civil. Y es que la torre sirvió de puesto de tiro para los republicanos. Muestra de ello son las muescas que existen en el exterior. Pero con la llegada de los nacionales a Villafría, los republicanos prendieron fuego a las escaleras durante la retirada para impedir al ejército de Franco la posición privilegiada que ofrecía la torre. Con las llamas de la guerra desaparecieron las tallas y el altar quedó dañado para siempre.

Pero la iglesia de Santa María Magdalena aún conserva las vidrieras originales y el estandarte cedido por la familia Moutas, cosido con hilo de oro. "Quisieron llevarlo al museo de la catedral de Oviedo, pero no quisimos", asegura Fernández. Además, de las paredes del templo cuelgan varios cuadros donados por el duque de Villahermosa (Ciudad Real), que veraneaba en la zona. Y un lienzo a pastel que regaló la familia de Don Santos, que previamente había recibido de un obispo llegado de Roma.

Aperitivo y placa

Los vecinos afirman estar muy orgullosos de su iglesia. Por eso, el domingo celebrarán una misa a las 13.15 horas, cantada por la Coral de Lugo de Llanera. Después, habrá procesión con la Banda de Música de Pravia, seguida de un aperitivo popular en el que inaugurarán una placa en honor de Don Santos, el impulsor de la construcción del templo.

Así es Santa María Magdalena de Villafría, un templo centenario en el que cada rincón rescata una pequeña historia.