Fuente: La Nueva España

Pravia, Sara ARIAS


«No desayuno nunca, no me entra, me revuelve, pero luego, a tercera hora, tengo muchísima hambre». Esta afirmación pertenece a Tomás Martínez, estudiante del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) de Pravia, pero seguro que se repite en muchas casas. Por eso el Instituto de Pravia quiere que los alumnos se conciencien desde pequeños de la importancia de un buen desayuno, variado y completo, para poder rendir todas las horas de clase y en los deportes y las actividades de las tardes. Con ese fin, el grupo de salud del centro, en colaboración con la Escuela de Hostelería, desarrolló una mañana de desayunos saludables con los alumnos de primero de la ESO. Y si los estudiantes en sus casas no toman ni un vaso de leche, en la cafetería de la escuela se pusieron hasta arriba: cereales, fruta, dulces caseros, jamón y queso... había de todo. Hasta huevos a la plancha.


El coordinador del grupo de salud, el profesor de Matemáticas Pablo Fernández, ve en esta actividad una oportunidad para que «se afiancen algunos hábitos que hoy les enseñamos porque ya sabemos que un cambio radical va a ser difícil». Para explicarles las bondades de un desayuno de primera, Juan Luis García, de la Escuela de Hostelería, les dio una charla sobre buenos hábitos y alimentos necesarios para iniciar la jornada. A alguno, como a Iván Montes, no le hacen falta indicaciones; él solito por la mañana ya se prepara «un bocadillo con una raja de carne, aunque depende del día», señala.


Lo cierto es que tras el desayuno saludable, los estómagos y cerebros de los alumnos de primer curso pudieron comprobar que, con una alimentación equilibrada, el Instituto, al final, no se hace tan pesado.